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InternacionalesProductores de tabaco cubanos buscan recuperarse tras huracán Ian

Productores de tabaco cubanos buscan recuperarse tras huracán Ian

San Luis, Cuba.- Un vecino le prestó una casa para secar las hojas, él tenía un poco de fertilizante guardado y algo en su semillero como para arrancar, así que finalmente se animó a plantar.

Hirochi Robaina, uno de los más reconocidos productores de tabaco de Cuba, camina ahora entre el verde intenso de sus plantas de más de un metro de altura y no puede creer el “milagro”.

Seis meses después del paso del huracán Ian, que arrasó con el 80% de la infraestructura utilizada en la producción de tabaco en Pinar del Río desbaratando secaderos y almacenes, llevándose por los aires postes y viviendas, los campesinos están tratando de levantarse del desastre. Y aunque en menos cantidad que otras temporadas, aseguran que lograrán cosechar estas hojas para el torcido, uno de los principales rubros de exportación de la nación caribeña.

“No quedó ni una casa de tabaco en pie, no quedaron almacenes, no quedó árbol… ni los alambres, todo se partió y en aquel momento no creí que fuera posible (plantar)”, manifestó a The Associated Press Robaina, de 46 años, heredero de la finca de su abuelo, tan famosa que una marca de puros lleva su nombre: Vegas Robaina.

Cuando AP recorrió entre fines de septiembre y comienzos de octubre la zona de La Coloma y sus vecinas San Luis y San Juan y Martínez, en Pinar del Río a unos 200 kilómetros de la capital, la destrucción ocasionada por Ian y el desánimo eran notables.

Robaina aseguró con la voz quebrada que se dedicaría a plantar frijoles y hortalizas, un desperdicio para una tierra que produce el finísimo tabaco tapado para los puros de exportación.

El tabaco tapado de mayor calidad se usa para la exportación y el de sol que no se cubre para los interiores del torcido y otras clases de cigarrillos.

“Tomé la decisión de sembrar tabaco para mantener la tradición familiar de un siglo”, agregó Robaina, mientras mostraba su vega en la que logró cultivar dos hectáreas, el 30% de las que tenía en 2022 para esta fecha.

La preocupación por el impacto de Ian se sumó a la fuerte crisis económica que atraviesa Cuba, con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 11% en 2020 y que subió al 2% en 2021 y el mismo porcentaje el año pasado.

Varios campesinos aseguraron que no recordaban haber vivido un ciclón tan destructivo y dudaron poder sembrar la aromática hoja, que requiere cuidados especiales, aplicación de fertilizantes y herbicidas en momentos muy precisos, riego, telas para cubrir las plantas y casas de secado para que no se desperdicien las cosechas.

Con vientos de más de 200 kilómetros por hora, Ian atravesó la isla de sur a norte el 27 de septiembre por el occidente afectando seriamente a las provincias de Pinar del Río, donde se produce el 80% del tabaco de la isla y casi el total del tapado para exportación, Artemisa, Mayabeque y, en menor medida, La Habana.

Cinco personas murieron y 30.000 fueron evacuadas; miles de postes cayeron, el sistema energético colapsó en todo el país y comunidades enteras estuvieron sin luz, agua y teléfono por semanas. Las autoridades no dieron un monto en dinero de las pérdidas pero se afectaron cientos de hectáreas sembradas con arroz, maíz, boniatos y frutales.

El 43% de las 85.000 viviendas en Pinar del Río resultaron afectadas y quedaron por el piso 10.000 casas de secado de tabaco de las 12.000 existentes. También se perdieron unas 33.000 toneladas de hojas almacenadas, de ellas 50 toneladas para la exportación, según las autoridades.

Dado que el cultivo de tabaco, en especial el tapado para exportación, lo realizan decenas de pequeños productores privados, éstos se reunieron con las autoridades y les exigieron respaldo, desde maderas para las casas de tabaco hasta el pago de las deudas atrasadas por sus cosechas de 2022 por parte del Estado, que les compra su producción para fabricar puros y comercializarlos a través de la empresa mixta monopólica Habanos S.A.

“La recuperación fue rápida”, expresó con asombro el productor Reiniel Rojas, un campesino de 33 años que lleva diez cultivando tapado y se animó a sembrar ahora 13 hectáreas en las inmediaciones de La Coloma gracias a que pudo terminar sus casas de secado.

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