Corea del Norte avisó formalmente a Japón de que prevé lanzar un satélite entre el próximo miércoles y el 1 de diciembre, señaló el gobierno nipón.
El lanzamiento desafiaría los reiterados llamados de Corea del Sur a Pyongyang para que abandone los preparativos de la que sería la tercera tentativa de poner en órbita un satélite militar, tras los fracasos de mayo y agosto.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, dijo a la prensa que había instruido a su gobierno “hacer el máximo esfuerzo para recoger información y suministrarla a la población japonesa, pedir la cancelación del lanzamiento” y “prepararse para situaciones impredecibles”.
También señaló que el uso de tecnología de misiles balísticos sería una violación de las resoluciones de Naciones Unidas y que Japón estaba coordinando una eventual respuesta con Corea del Sur y Estados Unidos.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado numerosas resoluciones que instan a Corea del Norte a abandonar su programa nuclear y de desarrollo de misiles balísticos.
Los analistas explican que la tecnología necesaria para el lanzamiento de satélites se solapa en muchos aspectos con la de los misiles balísticos.
Este mes, la agencia de inteligencia surcoreana indicó que Pyongyang está ultimando los preparativos para poner en órbita otro satélite.
El ministro de Defensa surcoreano, Shin Won-sik, dijo el domingo que este lanzamiento podía producirse esta misma semana.
“Advertimos firmemente a Corea del Norte […] [que debe] suspender inmediatamente los preparativos actuales para lanzar un satélite militar espía”, declaró el lunes Kang Hopil, jefe de operaciones del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
“Si Corea del Norte sigue adelante con el lanzamiento de un satélite de reconocimiento militar pese a nuestra advertencia, nuestro ejército tomará las medidas necesarias para garantizar las vidas y la seguridad de la población”, añadió.
Según Seúl, Pyongyang está proporcionando armas a Moscú a cambio de tecnología espacial rusa después de una cumbre entre el líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente ruso, Vladimir Putin, en septiembre en el Extremo Oriente del país euroasiático.
Los expertos señalan que disponer de un satélite mejoraría la capacidad de Corea del Norte para recopilar información, especialmente de Corea del Sur, y proporcionaría datos cruciales en un eventual conflicto militar.
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