ARGELIA. – El presidente argelino Abdelmadjid Tebboune defendió este viernes la necesidad de abordar la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ante la «sucesión» de conflictos y la polarización política y pidió que se repare la «injusticia histórica» cometida contra el continente africano.
A través de un discurso, leído en su nombre en Oyala (Guinea Ecuatorial) durante la V Cumbre del Grupo de los Diez de la Unión Africana (UA) por el ministro de Exteriores Ahmed Attaf, el mandatario apuntó a la «parálisis casi total» que ha afectado a este organismo tras los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza, que en 49 días han dejado más de 15.000 muertos.
Asimismo Tebboune insistió en «la incapacidad de la ONU para detener los crímenes del ocupante sionista y sus violaciones de las normas del derecho internacional, que ella misma decidió» y cuya reforma ya no se limita al aumento del número de miembros de los países emergentes, liderados por África, sino a revisar sus métodos y funcionamiento, el uso del derecho de veto y la interacción entre el Consejo y sus órganos centrales para alcanzar la «eficacia esperada».
La posición «unificada» de los estados africanos «debería pedir insistentemente que se repare la injusticia cometida contra el continente africano, el único ausente y olvidado en la categoría de miembros permanentes del Consejo de Seguridad y la menos representada en la de miembros no permanentes, aunque le conciernen más del 70% de los puntos y preguntas del orden del día».
En su próximo mandato como miembro no permanente, en coordinación con Sierra Leona y Mozambique, Tebboune se comprometió a «hacer oír la voz de África» además de defender las preocupaciones, intereses y aspiraciones de sus países bajo la bandera de la Unión Africana (UA).
Argelia se une así a la iniciativa del pasado septiembre de diez miembros no permanentes del Consejo- Ecuador, Brasil, Japón, Malta, Gabón, Ghana, Mozambique, Albania, Suiza y Emiratos Árabes- para reformar la institución con el fin de hacerla capaz de «enfrentar las amenazas complejas y apremiantes a la paz y la seguridad»
La declaración incluyó un llamamiento a limitar el uso del derecho a veto, privilegio que solo tienen los miembros permanentes- Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Francia y China- que no se sumaron a este llamamiento.