América Latina está entrando en una fase de moderamiento del crecimiento económico y del comercio exterior, justo en un entorno de mayores tasas de interés, lo que repercute de manera negativa en las finanzas públicas.
Así lo considera el economista y fundador de ER Capital Partners, Edmundo Rivera, quien afirma que “este es un tema que debemos tener en el tapete, pues es uno de los puntos fundamentales que se tocarán en los próximos años en República Dominicana, a fin de definir qué reforma tributaria o fiscal se necesita”.
El experto, también vicepresidente sénior del Banco Latinoamericano de Comercio Exterior (Bladex), recordó que estuvo entre quienes sostenían que la política expansiva del Banco Central dominicano generaría inflación, a la que había que sumar la que se provocaría en Estados Unidos.
Sin embargo, expresa que República Dominicana es una economía diversificada y esto le permite garantizar cierto crecimiento, ya que agrega valor a través de las exportaciones nacionales y de zonas francas; vía el turismo, minería y flujo de capitales por encima de muchos países de América Latina.
En entrevista con el programa Dinámica Económica de RNN, canal 27, advirtió que la gran debilidad está en su sistema tributario, gobernanza e institucionalidad.
En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó levemente al alza la proyección de crecimiento para las economías de la región en 2024. Según nuevas estimaciones, el organismo de las Naciones Unidas prevé que la región crecerá en promedio un 2.1% este año, con América del Sur creciendo un 1.6%, América Central y México un 2.7% y el Caribe (excluyendo Guyana) un 2.8%.
Sin embargo, la expansión esperada para la región en 2024 se mantiene en la senda del bajo crecimiento económico observado en los últimos años, y el gran desafío, sostiene la Cepal, es cómo avanzar hacia un crecimiento más alto, dinámico e inclusivo.
Considera que la región está enfrentando un escenario internacional complejo, caracterizado por un crecimiento de la actividad económica y el comercio global por debajo de sus promedios históricos, junto con tasas de interés que permanecen altas en los países desarrollados, redundando en mayores costos de financiamiento para los países emergentes, incluida la región.