Tras seis meses de prueba, los resultados del Plan Piloto Voluntario de la Semana Laboral Reducida, que presentó en enero de este año el Ministerio de Trabajo, arrojaron que los empleados, al trabajar menos horas, lograron una mejor productividad (aunque en la mayoría de los casos se mantuvo igual), y experimentaron una mejor calidad de vida, así como un mejor ambiente laboral.
En el plan piloto participaron 492 trabajadores, entre ellos supervisores, de al menos seis organizaciones públicas y privadas.
La reducción de horas de trabajo semanales pasó de 44 a 36, es decir, ocho horas menos, lo que se traduce a un promedio del 15%. El empleado trabajó de lunes a jueves, sin la disminución del salario, descansando viernes, sábado y domingo.
Durante el experimentó, el estrés de los empleados bajó un 76.4%, mientras que en un 11.7% se mantuvo, y otro 11.9% subió. También, los empleados lograron tener más tiempo para hacer actividades recreativas, en un 93.8%, tras concluir con sus jornadas laborales.
Además, la calidad de vida en el trabajo subió un 95.3%, el balance entre el trabajo y la vida privada aumentó un 88.6%, la salud mental incrementó un 77.4%, la salud física subió un 77.2%, y el rendimiento profesional y motivación por el trabajo aumentaron 72.7%, y 78.7%, respectivamente.
Al ser entrevistados por un equipo de investigación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), academia que levantó y procesó los resultados del plan piloto, el 85.9% de los trabajadores manifestaron que nunca sintieron frustración, un 80.1% nunca tuvo mal humor, y otro 75.4% nunca experimento agotamiento físico.
En cuanto a la calidad de vida, el tiempo para actividades sociales o recreativas fue algo “positivo” para un 99.3% del grupo de empleados, así como el tiempo dedicado a la familia para un 98.5%.
El proyecto reveló que los objetivos empresariales se cumplieron siempre en un 91% y casi siempre en un 9%.
Estos resultados indicaron que la reducción de horas no afectó las metas estratégicas ni operativas de los departamentos involucrados.
Además, el 96% de los supervisores consultados no requirieron más trabajadores para cumplir con las funciones habituales.
El ministro de Trabajo, Luis Miguel de Camps, dijo que el plan piloto seguirá siendo “voluntario”, para aquellas empresas que quieran introducirlo en sus esquemas laborales.
“No se requiere ninguna reforma de ley, porque esto es y seguirá siendo voluntario. Las empresas que quieran aplicarlos, los trabajadores que quieran aplicarlo, lo pueden aplicar desde ya”, dijo el ministro, al conversar con periodistas.
La iniciativa se implementó con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar del empleado, así como la productividad de las compañías.
Las empresas que participaron durante los seis meses de ejecución fueron: Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte (Edenorte), la Empresa Generadora de Electricidad Haina (EgeHaina), Ergotec, IMCA, el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben) y el Seguro Nacional de Salud (Senasa).